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Ana Llao: “Nuestra gente está abierta al diálogo, esperando que se de en los términos del Convenio 169”

Ana Llao, Mapuche, Huelga de hambre, Represión, Carabineros, Curacautín, Temuco, Werken, Lonko, Wallmapu
Ana Llao, Mapuche, Huelga de hambre, Represión, Carabineros, Curacautín, Temuco, Werken, Lonko, Wallmapu

Publicado el 23 de septiembre de 2020

Ana Llao, Mapuche, Huelga de hambre, Represión, Carabineros, Curacautín, Temuco, Werken, Lonko, Wallmapu

En esta entrevista a la lideresa Ana Llao del lof Guñotuy Tain Mapu Lonko Llao y werken de la organización mapuche Ad Mapu, conversamos sobre el conflicto del Estado chileno con su pueblo/nación, las y los presos políticos, la desigualdad ante la ley y el proceso constitucional abierto por la movilización social.

Ana Llao, Mapuche, Huelga de hambre, Represión, Carabineros, Curacautín, Temuco, Werken, Lonko, Wallmapu

Por Loreto Contreras Orellana
para Londres 38, espacio de memorias

La candidata a consejera Conadi, en un proceso irregular como ella misma ha denunciado, a principios de agosto fue brutalmente detenida por Fuerzas Especiales de Carabineros en Temuco, junto a su hijo, Huenulef Millao, por manifestarse y denunciar el racismo que sufren los presos políticos mapuche (PPM). Pero Ana Llao no se achica, bien sabe de la represión y cultiva una fortaleza que la ha llevado a rebelarse contra las injusticias desde hace décadas.

Werken de Ad Mapu, una de las organizaciones indígenas firmantes del Compromiso de Nueva Imperial en diciembre de 1989, donde su contraparte, la Concertación de Partidos por la Democracia, se comprometió al reconocimiento constitucional de los pueblos originarios una vez que fueran gobierno. Hoy en retrospectiva, y pese al incumplimiento de ello, no se arrepiente y destaca haber sido la única mujer representante en ese encuentro.

A más de treinta años de ese hito, nos da esta entrevista un día antes del término de la huelga de hambre que mantuvieron presos políticos mapuche de Angol por 123 días, período en el que el gobierno demostró su incapacidad de diálogo, llevando posteriormente a los prisioneros en Lebu y Temuco a tomar la misma decisión.

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¿Cómo vivió el paro de los camioneros?, ¿me podría contar con cuáles actividades cotidianas tuvo problemas por ese hecho?

Estuvieron prácticamente todas las ciudades del sur semi paralizadas porque no llegaban los alimentos correspondientes a cada uno de los lugares, y no solamente pasó con los alimentos sino que también con el combustible y los insumos para la construcción y las actividades agrícolas, fue un problema total.

¿Qué le pareció la gestión del gobierno ante el paro?

El paro fue de un grupo de empresarios en complicidad con el gobierno, que es un gobierno empresario, es su paro el que nos tuvo volviendo a una situación caótica y en donde usaron su herramienta de represión, que es Carabineros. Con esto se reafirma nuestro dicho de que el terrorismo lo provoca el Estado; y no solamente lo provoca, sino que también lo ejecuta, porque el Estado, a través del gobierno de Sebastián Piñera, produjo un terror a lo largo del país con el paro que mantuvieron.

¿Qué sintió ante esta situación?

No recuerdo mucho, porque era muy chica, pero veía a mi madre y a mi abuelita cómo lloraban por todo lo que estaba pasando [en el paro de los camioneros de 1972]. Quienes no vivieron no lo pueden experimentar, pero estamos reviviendo cómo los camioneros actuaron para el golpe de Estado, ahora no están dando un golpe de Estado como tal sino que es un golpe para hacer sufrir a la ciudadanía; vuelvo a decir: el gobierno con un grupo de empresarios. Hemos escuchado las declaraciones de los gremios de los camioneros y no están todos los gremios, pero sí está la ultraderecha más dura y que ha sobrevivido en la zona sur. Por eso se ha levantado con fuerza lo que emana del colonialismo y el racismo a través de acciones fascistas, como nos han perseguido.

Fotografía de Sebastián Meza Ulloa

Este país está lleno de contradicciones, por ejemplo, los familiares de los presos políticos encarcelados en Lebu, fueron reprimidos en las afueras del Hospital de Los Ángeles mientras ellos eran llevados a Concepción, que son más de dos horas de viaje, desacatando la medida del Juzgado de Garantía de Cañete. Paralelamente, los camioneros se fueron de fiesta sin intervención de carabineros, presentes en el lugar. Políticamente, ¿usted por qué piensa que pasa esto?

Este es un tema estrictamente político, el caso de nuestros lamienes presos políticos mapuche, valga la redundancia, en un tema político. Ellos están presos o han querido ser acusados al levantar la demanda por el territorio ancestral. Cuando han levantado esa demanda junto con las comunidades, y han recuperado sus territorios, especialmente hablando de los lamienes de Arauco, cuando ellos han reivindicado y han tomado esa bandera de lucha, simplemente han sido acusados. El Estado chileno no sólo es un Estado represor contra el pueblo mapuche sino que también es un Estado con mentalidad colonialista total, además de fascista, y eso se vio con lo que pasó en Curacautín el 1 de agosto*.

Fotografía de Sebastián Meza Ulloa

Desde el gobierno dicen que debe haber igualdad ante la ley, ¿la hay?

En este contexto es difícil pretender igualdad de justicia, por lo tanto aquí los poderes fácticos de este país, tanto el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo como el Poder Judicial, siempre han estado en contra del pueblo mapuche. La justicia hoy día está, claramente, demostrando que hay una desigualdad de justicia, hay una discriminación abierta contra del pueblo mapuche.

¿Cómo se viven estas desigualdades?

Los lamienes presos políticos están reclamando que se les aplique el Convenio 169, artículo 10, que señala que la justicia tiene que adecuarse a las particularidades culturales de cada pueblo. El carabinero que asesinó a Matías Catrileo está libre y trabajando tranquilamente, también tenemos al carabinero que mató a Camilo Catrillanca que está con arresto domiciliario y un sueldo mensual de casi 1 millón de pesos. Lo mismo pasó con Alex Lemún, si empezamos a enumerar quienes han asesinado a nuestros jóvenes weichafes están totalmente impunes, mientras nuestra gente, que ni siquiera está condenada, muchos en prisión preventiva, reciben todo el rigor de una justicia racista.

Hay quienes afirman que no existen los presos políticos, y menos los presos políticos mapuche. ¿Qué puede decir al respecto?

Es innegable que hay una persecución política hacia el pueblo mapuche, por lo tanto el preso mapuche es preso político. Los presos mapuche no están en esa condición por asesinar a un carabinero ni tampoco lo están porque se haya comprobado efectivamente su participación, como es el caso del machi Celestino. Los fiscales hacen tan malas investigaciones que no se dan la tarea de hacer una investigación certera, una investigación objetiva para que puedan acusar a nuestra gente. Al final los terminan absolviendo después de que están uno, dos años presos y terminan absolutamente sin ninguna responsabilidad frente a lo que se les acusa.

En el caso hipotético de que usted fuese ministra de Justicia o ministra del Interior, ¿qué tipo de diálogo habría entablado con los huelguistas?

Cualquiera que fuera autoridad con un poco de cerebro para pensar, y con un poco de capacidad sabría que lo que se necesitaba era voluntad política, se necesitaba razonar; el razonamiento de las personas es determinante en estos temas. Cuando no hay razonamiento para tomar decisiones, se toman decisiones erradas. Aquí lo que se necesitó fue equilibrio, un equilibrio mental de quienes están gobernando y creo que las personas que lleguen a gobernar deben verse psicológicamente. Si tú me preguntas a mí, primero tendría que verme si estoy con esta capacidad, con este equilibrio para gobernar o no estoy con esta capacidad de decidir. Desde el presidente de la República para abajo, hay un desequilibrio mental terrible, hay ceguera, negación y odio hacia nuestra identidad, nuestra cultura y hacia nuestro proyecto político que estamos planteando. Las vocerías de los presos políticos de Temuco, Angol y Lebu han presentado sus propuestas al ministro de Justicia, y son propuestas claras que exigen lo que el mismo Estado suscribió el año 2008, que es el Convenio 169. Ellos están planteando que se modifiquen sus medidas cautelares igual como ha pasado con los carabineros que han asesinado a nuestra gente.

Ana, en este escenario de una realidad bajo el desequilibrio de nuestros gobernantes, ¿qué salida política podría haber ante estas intransigencias del gobierno?

Nosotros hemos escuchado a nuestros longkos, como Víctor Queipul, hemos escuchado a nuestros werkenes, como Rodrigo Curipan, que están en el caso concreto de los presos políticos mapuche. Si bien es cierto, la huelga seca es muy riesgosa, tampoco estamos diciendo que la huelga de hambre no sea, los huelguistas no tienen ninguna garantía para bajarse de la huelga de hambre, porque ellos lo que necesitan es que definitivamente el gobierno tenga esta apertura, nuestra gente está abierta al diálogo, esperando que se de en los términos del Convenio 169.

Claro, un convenio que tiene rango constitucional y está lejos de ser un beneficio...

Así como Piñera indultó a los violadores de derechos humanos de Punta Peuco por la pandemia**, perfectamente podrían abrir el diálogo, pero no hay voluntad política, y no sólo de Piñera sino que aquí hay responsabilidades de todos los gobiernos. Ahora incluso se le envían cartas a la señora Bachelet, en su primer gobierno asesinaron a Matías Catrileo, y en el segundo fue el montaje de la Operación Huracán y como premio ella hoy día es una alta comisionada sobre los Derechos Humanos en las Naciones Unidas.

La opresión al pueblo mapuche data desde mucho antes a que el Estado chileno se conformara como tal. Tras la revuelta social del 18 de octubre, ¿piensa que como pueblo chileno tomamos conciencia de esta represión histórica al vivir abiertamente, y en carne propia, la represión policial una vez más?

Muchas personas no mapuche se dieron cuenta y llegaron a encontrarnos la razón, pese a su silencio. También quienes se manifiestan tímidamente apoyándonos, porque se dieron cuenta que el pueblo mapuche no estaba mintiendo, que había represión, que había discriminación, que había injusticia para los más humildes de la sociedad e incluso para quienes se creen clase media, esa clase endeudada. Entonces, cuando ellos vieron eso dijeron: no, los mapuche no están mintiendo, es verdad. ¡Cuántos presos políticos de la revuelta hay!

Volviendo unas décadas atrás, Pinochet dijo una vez, en una de sus visitas al territorio mapuche: "Ya no existen mapuche porque somos todos chilenos" negando la identidad y la cultura no solamente de ustedes, sino también de los otros pueblos originarios de forma explícita.

En el tiempo de la dictadura, Pinochet hizo varias visitas, de hecho en una se le declaró longko e incluso le colocaron el cintillo y la manta mapuche, así como cuando vino Piñera en su primer gobierno, también le pusieron la manta y el cintillo mapuche. O sea, aquí todos los gobiernos -a la presidenta Bachelet le colocaron hasta la trapelacucha- han venido a vestirse de mapuche, pero contradictoriamente dicen que no hay mapuche. Chile está en territorio mapuche, entonces los verdaderos chilenos somos los mapuche que tenemos identidad, cultura, religión y nuestra propia lengua común. Somos un pueblo con una identidad muy clara y muy marcada, y esa identidad se da en torno a nuestro territorio y los que han gobernado este país simplemente no conocen su historia, no conocen ni siquiera su identidad y no saben de dónde vienen.

En ese contexto de negación, ¿cómo se fortalecen?

Obviamente que aquí siempre se nos va a negar nuestro derecho e identidad, pero nosotros estamos claros que somos un pueblo con identidad, cultura, tradición, con organización propia en el ámbito social, político y religioso. Por algo se hacen los grandes guillatunes, yeyipunes, las rogativas propias. Nosotros creemos en nuestro ser superior, y nuestro ser superior es la madre tierra, nuestra Ñuke Mapu, la naturaleza y esa es la razón por la cual no solamente la defendemos, sino que también la recuperamos y lo vamos a seguir haciendo, por lo tanto lo que haya dicho Pinochet, o lo que hayan dicho todos los gobiernos anteriores o después, no nos importa mucho.

Situándonos en el momento presente y en el plazo inmediato con lo que se viene por el hito del plebiscito del 25 de octubre por una nueva constitución a través de una convención, ¿considera que podría haber una apertura respecto a las demandas históricas mapuche?

Primero, quiero decirte que nosotros somos parte del proceso del 18 de octubre, porque lo que va a llegar el 25 de octubre, es gracias al estallido social. Dicho eso, aquí hay una desigualdad, no solamente desde el punto de vista social, hay una desigualdad económica terrible. Imagínate que hace unas semanas, escuche a la presidenta de la CUT diciendo que llegaron a acuerdo respecto al sueldo mínimo; es una burla, mientras los parlamentarios tienen millones mensualmente, así como el presidente de la República y los expresidentes en comparación a un trabajador que tiene que parar la olla con cinco hijos.

Sin la revuelta social iniciada en octubre no estaríamos en vísperas del plebiscito, ¿cuál es el rol de la movilización social?

Este es un proceso de lucha callejera, por eso considero esencial la movilización social para poder provocar cambios radicales. Nosotros queremos participar con la esperanza de que pueda establecerse un diálogo verdadero y sincero pero no con quienes están apernados en el poder y se han acomodado para seguir viviendo privilegiadamente, la actual clase política en la que no confiamos absolutamente nada, y de la que forman parte los mismos que durante la dictadura se decían nuestros aliados.

Ana, ¿y qué le parece que el proyecto no asegure los cupos indígenas?, como sí pasó con la paridad.

Dentro del mundo mapuche existe una desconfianza muy grande e innegable y estamos con posiciones diferentes. Yo soy de las personas que cree que esto va a ser un paso al diálogo, y el día 25 de octubre aprobamos una nueva constitución.

¿Cuáles son las otras posturas dentro del mundo mapuche?

Si le preguntas a las familias o a los representantes de lamienes presos políticos mapuche, ellos no creen en absolutamente nada de esto, y esa es una diferencia que hay que solucionar. Así fue también con el proceso de la Ley Indígena, cuando firmamos el Compromiso de [Nueva] Imperial el 89. Muchos mapuche dijeron que no firmáramos pero después muchos de esos mismos lamienes, cuando se quiso modificar la ley con la consulta chanta que había instalado el gobierno de Piñera, salieron a defenderla.

¿Qué se buscaba modificar con esa consulta?

El artículo 12 y 13 de la Ley Indígena que defiende las pocas tierras que nos quedan. A mi me emocionó, en un momento hasta me corrieron las lágrimas, fue un proceso que nosotros dejamos, iniciamos y ver a nuestras personas jóvenes y especialmente mujeres jóvenes, defendiendo con dientes y muelas que no se modificarán esos artículos.

Bueno, esa sensación también existe en algunos sectores del pueblo chileno movilizado respecto al plebiscito del 88 y el plebiscito que se viene. Pero retomando el proceso constitucional, ¿qué opina sobre la inexistencia de escaños reservados para los pueblos indígenas?

Sí, como que se repite el proceso, sin embargo creo que hay que dar la cara y hay que participar, yo estoy por participar en este proceso constituyente. Respondiendo tu pregunta, cuando hablamos de los escaños reservados creo que es un paso mínimo ante tanta injusticia que se ha cometido con nosotros. En este momento no solo deberían, sino que están obligados, a dar esos escaños reservados para los pueblos indígenas, para los pueblos originarios, de acuerdo a la cantidad de habitantes de cada pueblo porque cada pueblo debe tener sus representantes que le den cuentas a sus territorios sin intervenciones de los partidos políticos.

Ana, por último, ¿cuál crees que es la importancia de la memoria en los procesos de rebelión contra las opresiones que vive el pueblo mapuche y el pueblo chileno?

En la escuela, después en la media y en la universidad, nunca me hablaron de la historia del pueblo mapuche, menos a los chilenos, por lo tanto esa memoria no existe en los espacios educativos formales: que aquí hay pueblos con identidades y cultura propia y que merecemos respeto y derechos políticos. En ese sentido, si nosotros empezamos a reconstruir esa memoria colectiva, esa memoria de recordar quiénes son nuestros pueblos originarios y quiénes fueron los primeros habitantes de este país, creo que desde ahí vamos a estar construyendo una sociedad tolerante, una sociedad de igualdad y una sociedad donde podamos decir: sí, hoy día hay justicia. Y esa justicia debe considerar las especificidades y realidades de los pueblos preexistentes.

* (Durante la noche del sábado 1 y la madrugada del domingo 2 de agosto de 2020, grupos civiles de ultraderecha atacaron y agredieron a las familias mapuche que se encontraban en la Municipalidad de Curacautín, sosteniendo una toma por los presos políticos mapuche).

** En julio de este año, Sebastián Piñera otorgó un indulto presidencial a dos criminales de Punta Peuco: Raúl Rojas Nieto y Víctor Mattig Guzmán.

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