Fue el año 1948 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos, documento que proclama los derechos inalienables que corresponden a toda persona como ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Lejos estamos en Chile de estos principios fundamentales cuando, día a día, vemos al Estado vulnerar los derechos de las personas, en especial de los más pobres, de las comunidades originarias, de los y las migrantes, y de las personas que se manifiestan y movilizan por sus derechos laborales, ambientales, educativos, de salud, o contra el sistema actual.
Londres 38, espacio de memorias, es una de las organizaciones que se han enfocado en rescatar la memoria y la lucha de las personas que pasaron por este centro de detención, tortura y exterminio, en los primeros años de la dictadura; como también, de dar visibilidad a las luchas del presente y defender los derechos humanos de las actuales víctimas de la represión.
Este trabajo audiovisual, al que llamamos "Balance de la impunidad", pone de manifiesto la complicidad del Estado chileno con la falta de verdad y justicia, en su rol de encubridor de las fuerzas armadas, que siguen ocultando información, amparando a criminales que, hasta la fecha, no han roto sus pactos de silencio. Lo mismo ocurre en la falta de fiscalización y el escaso apoyo para que las instituciones que están a cargo de las investigaciones, cumplan con su deber. Tal como se detalla en este material, al paso que van los procesos judiciales de los crímenes de la dictadura, tendrían que pasar más de 30 años para que se diera la última condena. Con ello, la impunidad biológica se instaura como otra gran deuda de la sociedad con familiares y sobrevivientes de esta política sistemática de violación de los derechos humanos.
Culminamos este recorrido de indolencia y desidia en el presente, reflejando cómo los crímenes impunes del pasado han permitido las graves violaciones a los derechos humanos en la revuelta popular iniciada el 18 de octubre de 2019. Lejos estamos como sociedad, de que los valores y aspiraciones de la carta fundamental de los derechos humanos sea una realidad. Chile requiere justicia y verdad.
#TodaLaVerdadTodaLaJusticia
